Probablemente ya hayas escuchado hablar sobre la empatía. Sin embargo, es importante aclarar que no es lo mismo que simpatía, ya que esta última está relacionada a un estado emocional que permite a las personas percibir una situación de manera similar a otra, pero no requiere de una comprensión.
En cambio, la empatía es una cualidad y capacidad de comprender los sentimientos y emociones de los demás, intentando experimentar o sentir de forma objetiva lo que siente otro individuo. O como algunas personas lo definen “ponerse en los zapatos de la otra persona”.
Si tienes la habilidad de empatizar con los demás, obtendrás más cosas positivas a que si no lo tienes. En cualquier entorno, tú puede ser más eficaz si tienes una clara percepción de cómo se sienten las personas que te rodean, los que conviven o trabajan contigo. La empatía puede ser la clave para entender a los demás y acercarte más a ellos, interesándote activamente en sus preocupaciones y recoger las señales de lo que se sienten y piensan.
Interesarte activamente en las otras personas, no significa que estés interesado en sus vidas como lo haría una persona impertinente y que lo utiliza para comunicarlo a los demás sin su autorización. Interesarte activamente significa comprender sus motivaciones, los problemas que bloquean sus relaciones interpersonales y/o profesionales. Por lo contrario, la carencia de empatía, puede desarrollar relaciones poco afectivas o negativas.
¿Recuerdas cuando has estado conversando con alguien y no te presta atención? ¿cómo te has sentido en esas ocasiones?
Cuando una persona no te dedica la suficiente atención o parece no interesarse en tus comentarios, establece una barrera invisible entre ambos. Hay una carencia de empatía. Sin embargo, quien lo desee, puede mejorar ese aspecto de su vida y en sus relaciones interpersonales.
Gran parte de una comunicación empática consiste en saber escuchar. Antes que hablar, debemos escuchar activamente. Puedes empezar a practicarlo con tus familiares, escucha también a otras personas. A todos nos gusta ser escuchados. Pregunta cómo se sienten, qué piensan de tal o cual cosa.
Cuando te encuentres en alguna reunión, de cualquier tipo, pregunta qué piensan sobre el tema de la reunión, de lo que se dijo, de lo que pasó.
Procura apagar tu móvil, a menos que esperes una llamada muy importante. Procura no entrar en debates, se trata más de escuchar, comprendiendo el sentir de tu interlocutor. Hazles preguntas y escucha atentamente la respuesta. Mientra más lo practiques, más fácil te resultará cada vez, y más sincera será tu conversación.
El hacer contacto visual es otro aspecto importante para desarrollar la empatía y como un precursor para escuchar. No puede establecerse una comunicación empática cuando a una persona no se le mira a los ojos. La empatía comienza con un deseo de entender mejor a los demás y no tratar de leer la mente, cosa imposible, por lo menos, hasta ahora.
Merges Gupta, experta en liderazgo, nos da un ejemplo de un hecho que le sucedió a un cliente suyo, gerente de ventas de una empresa de mobiliario de oficina.
Este gerente discutía con uno de sus empleados sobre una próxima visita de ventas con un cliente potencial. El empleado parecía reacio a asistir a la visita, y varias veces sugirió que la visita sería más eficaz si se postergaba una semana. Sin embargo, esta era una excelente oportunidad que el gerente no quería demorar, y siguió presionando para asistir. Después de varios minutos de insistir, preguntó si había alguna razón por la que debería retrasar la visita, y el empleado finalmente admitió que esa semana le era difícil porque era el primer aniversario del fallecimiento de su madre, y le preocupaba no poner toda su atención en el tema. ¡Esto cambió el enfoque de gerente! Se puso en los zapatos del empleado. Formuló las cosas de manera diferente. Le comentó lo difícil que sería para el empleado esa semana, y que si no se sentía cómodo, lo entendería, pero si creía que podía asistir, lo acompañaría en esta visita. La actitud del empleado cambió y aceptó hacer la visita de ventas en esa semana como estaba planeada originalmente.
En el momento en que el gerente ejerció la empatía, aprendió que no obtendría lo que deseaba de otra manera más que observando las cosas desde la perspectiva del empleado, lo que le permitió ofrecer una alternativa. La empatía cambió su interacción, de la confrontación a la colaboración. ¡La empatía funciona!
La empatía, es una cualidad que algunas personas poseen de manera natural, pero que, con frecuencia se desarrolla en familias que utilizan técnicas de crianza positiva lo que proporciona confianza, seguridad y respeto a los hijos. Sin embargo, es posible desarrollar esta cualidad si es que no se cuenta con ella.
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