¿Cuántas veces le has dicho a tu pareja, “te quiero” o “te amo”, sin distinguir la diferencia? Seguramente muchas veces. Y, aunque normalmente cualquiera de dichas frases es aceptada por la pareja como sinónimo, en realidad no lo son. Son sentimientos parecidos, pero distintos en el fondo.
Querer se confunde, muchas veces, con amar. Dices “te quiero” cuando esperas algo a cambio. Cuando dices “te amo” no esperas nada, te conformas con dar.
Querer es desear poseer algo o a alguien, apropiarte de lo que no te pertenece; tomar algo, de alguien para completar aquello que te hace falta. Es un apego que intenta cubrir tus necesidades emocionales. Querer, genera expectativas, se espera algo en reciprocidad. Y cuando ese ser querido no te corresponde, sufres, sobreviene la frustración, la soledad y la decepción. Cuando quieres y necesitas algo al mismo tiempo, puedes confundirlo con amor.
En cambio, amar es desear lo mejor para la otra persona; es permitir su felicidad, incluso, si sus sentimientos no corresponden a los tuyos. Amar es entrega, es darse por completo desde el corazón. En el amor puede haber dolor pero no sufrimiento, pues nada se ha esperado del otro; se entrega sin exigir nada a cambio. Se sufre por querer, no por amar. Se sufre por apegos. Cuando realmente amas a alguien, lo sabes, lo presientes. Sientes ese anhelo en lo profundo de tu alma, en cada nervio y cada fibra de tu ser. Puede haber más que sólo deseo, hay algo más. Ese algo te satisface, deseas más. De hecho, el amor te hace vulnerable.
El amor no es sólo felicidad, es más que eso, es entendimiento, es superar los malos ratos, trascender al enojo, al desencuentro, al error. Porque el amor es libertad, es confianza, es respeto. Amar es entregar un lugar en tu corazón y en tu pensamiento para dedicarlo al ser querido. Amar es abrir el corazón y entregarlo sin cortapisas, tener una sensación de familiaridad y seguridad que viene con la aceptación. Te sientes seguro con él o con ella. El amor puede convertirse en una zona de confort, un lugar donde puedes refugiarte.
Amar es aceptación, no querer cambiar al otro, es estar a su lado en momentos de felicidad, pero también de angustia. Querer es posesión. Amar es libertad, deseando lo mejor para el otro con desinterés dando por completo desde el corazón.
Cuando tu relación de pareja va más allá del amor, de la posesión, corres el riesgo de verte involucrada(o) en una relación de codependencia emocional. Recuerda que en el Centro Alternativa Psicológica Integral te podemos ayudar, llama al (55) 6795-1043 o envía un correo a: informes@centroapi.com.mx