En ocasiones, la vida pone a prueba nuestras capacidades para afrontar enfermedades, rupturas de pareja, fallecimiento de seres queridos, fracasos, pérdida de empleo, problemas económicos u otros más.
Cuando nuestras fuerzas parecen abandonarnos sólo tenemos dos opciones: dejarnos vencer o sobreponernos. Si apuestas por la resiliencia puedes salir más fortalecida(o), de otra manera, la vida terminará por arrollarte.
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia ̶ dice la Revista web Psychology Today ̶ es la calidad inefable que permite a algunas personas a ser derribadas por la vida y volver más fuerte que nunca. En lugar de permitir que el fracaso los supere, encuentran maneras de resurgir de las cenizas.
Los psicólogos han identificado algunos de los factores que hacen de una persona ser resiliente, entre ellos una actitud positiva, el optimismo, la capacidad de regular sus emociones y la capacidad de tomar el fracaso como una forma útil de retroalimentación. Incluso después de la desgracia, las personas resilientes reconocen que son capaces de cambiar el rumbo y continuar a pesar de todo.
Una persona resiliente reestructura sus recursos psicológicos y se adapta a las nuevas circunstancias y necesidades. No sólo se sobreponen a las condiciones adversas, sino que las utilizan para mejorar su condición actual. Estas personas, con frecuencia, afrontan la vida con humor.
¿Se puede ser resiliente?
Se cree que existe una tendencia genética que predispone a la gente a tener un “buen carácter”. Esto es de ayuda para las personas resilientes. Pero no todas lo poseen. Sin embargo, esto es algo que es posible desarrollar. Para esto se requiere de constancia, esfuerzo y un cambio en los hábitos y creencias.
¿Qué características posee una persona resiliente?
Estas personas están conscientes de sus capacidades y limitaciones. Poseen y administran sus fortalezas y debilidades, lo mismo que sus defectos. Se trazan objetivos tomando en cuenta sus recursos y potencialidades.
Son creativas. Buscan soluciones en lugar de hundirse en sus desgracias.
Aceptan los hechos como algo incontrovertible, aunque les duela. Asumen las crisis como una oportunidad para obtener un aprendizaje de ello y crecer. Saben que, de ellos, y sólo de ellos dependerá su futuro.
Las personas resilientes no se abandonan, acostumbran a estar plenamente conscientes del aquí y ahora. El pasado no es posible cambiarlo, y que el futuro depende de sus decisiones.
Ven la vida con objetividad, asumiéndolo con un optimismo realista. No intentan controlar las situaciones. Aceptan, sin preocuparse, de lo que está a su alcance controlar sin sentirse incómodos por ello.
Se adaptan a los cambios con la suficiente flexibilidad como para ajustar sus planes y metas cuando sea necesario. No se aferran a ellos y valoran las alternativas. Aunque esto no implica renunciar a sus metas.
Afrontan la adversidad con humor. Son capaces de reírse de sus problemas y enfrentarlos con humor y optimismo, lo que le da fuerzas adicionales para seguir en la lucha.
Se apoyan en los demás. El apoyo social para estas personas, es un aliciente para superar los problemas. Y saben cuándo buscar ayuda profesional.
Es de gran importancia que los adultos sepamos dar un buen ejemplo de resiliencia a nuestros hijos. Darles seguridad y protección, pero sin sobreprotegerlos y creer en sus capacidades. Enseñarles que cada vez que caigan, pueden levantarse sin avergonzarse. Y que de cada caída obtengan una experiencia que les sea de utilidad en su futuro.
Con información de:
Psychology Today: https://www.psychologytoday.com/basics/resilience
El Prado psicólogos: http://www.elpradopsicologos.es/blog/resiliencia-resilientes/
La resiliencia es una característica psicológica que todos deberíamos tener para afrontar los hechos que nos lastiman durante nuestra vida, de manera más exitosa, pero no es así. Sin embargo, la resiliencia se puede aprender. Recuerda que en el Centro Alternativa Psicológica Integral te podemos ayudar, llama al (55) 6795-1043 o envía un correo a: informes@centroapi.com.mx