La violencia intrafamiliar es un problema social que afecta a un alto porcentaje de familias de todos los niveles económicos y culturales. Implica relaciones de abuso de quien ejerce maltrato. Los abusos van desde los emocionales, físicos, sexuales, económicos hasta sociales. Con frecuencia, la violencia en el noviazgo es un claro precedente de la violencia en la familia.
La violencia en el noviazgo
La violencia contra las mujeres durante el noviazgo se caracteriza por la falta de experiencia o la idealización del amor romántico. Se dejan pasar por alto detalles que deberían de alertar a la pareja, y poco a poco se va configurando la violencia. La poca o nula experiencia en las relaciones de pareja, la influencia de la televisión, el cine, la música o las revistas del corazón en muchas ocasiones, refuerzan actitudes y comportamientos machistas y sexistas.
Una visión excesivamente romántica del amor puede contribuir a que las adolescentes toleren una relación asfixiante en la que el amor “justifica” el control y abuso que ejerce la pareja. No alcanzan a reconocer el maltrato psicológico como violencia.
El abuso en el noviazgo presenta las mismas características que la violencia familiar, de hecho, es un antecedente de lo que puede esperar la pareja en la relación. La violencia no sólo se refiere a agresiones físicas graves, sino también a los celos patológicos que no son normales en una relación y conducen a la violencia.
Cada miembro de la pareja trae consigo un aprendizaje de valores y creencias adquiridas en su familia de origen. Ambos aprendizajes deben moldear dichas historias para conformar su propio concepto de familia. Pero cuando esto no se logra mediante la comunicación, cuestionan los de la otra persona generándose problemas y excesos en los límites de la tolerancia. La relación entra en crisis y aparece el ejercicio del poder y la autoridad.
¿Conflicto o violencia familiar?
Que quede claro que un conflicto familiar no es lo mismo que violencia familiar. En el conflicto, las discusiones, peleas, controversias, son comportamientos normales que no conducen, necesariamente, a comportamientos violentos. En tanto que la conducta violenta tiene como requisito la intención de provocar un daño en la víctima. Pero no sólo puede ser física, sino también emocionales, sexuales, económicos o sociales.
Comúnmente, la persona abusiva desarrolla su comportamiento en privado, aunque a un menor porcentaje no le preocupa exhibirlo también en público. La violencia intrafamiliar puede darse en la pareja, en los hijos o en ambos. Quienes son sometidas a violencia familiar presentan, con frecuencia, debilitamiento de sus defensas físicas y psicológicas, baja autoestima, problemas de salud, depresión y, hasta ideación suicida. En el caso de los niños y adolescentes: problemas de aprendizaje, trastornos de la conducta y problemas interpersonales, con tendencia a reproducirlos en sus futuras relaciones, como el caso del noviazgo y continuarla en la pareja.
Sabemos que no existen los padres perfectos, la pareja perfecta ni los hijos perfectos, pero sí que pueden ser perfectibles. Por ello, nuestra recomendación consiste en tratar de establecer una relación armónica buscando el beneficio de todos los miembros de la familia. Una relación de amor, respeto, tolerancia y comprensión entre todos los miembros, pero especialmente de los padres hacia los hijos, son el mejor antídoto contra la violencia intrafamiliar.
La violencia intrafamiliar es posible evitarla o corregirla si ésta ya se encuentra presente en la relación.
En el Centro Alternativa Psicológica Integral contamos con opciones de solución a tus problemas individuales , de pareja o familiar.
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