Los celos en la historia del individuo
Los seres humanos han experimentado los celos desde edades muy tempranas. Entre hermanos luchan por el amor de los padres, por los mejores juguetes y, conforme van creciendo, por una mejor calificación en la escala social, por la amistad o el amor de las primeras novias o novios.
En este artículo, hablaremos de los celos en la pareja. Celos que, con frecuencia, terminan minando una excelente relación. Estos celos se relacionan con sentimientos como la envidia, el resentimiento, el miedo y la sospecha. Podría decirse que estos sentimientos son normales en la relación de cualquier pareja, pero son sus mayores enemigos cuando surge el temor a la pérdida del ser amado.
El origen de los celos
Se cree que entre las razones que explican los celos patológicos se encuentran la baja autoestima, la inmadurez, los trastornos de personalidad y la afectividad. Contrario a lo anterior, las personas con alta autoestima, madurez y solidez psicológica no tendrían problemas para gestionar adecuadamente sus relaciones de pareja.
En los celos, surge un elemento común: una tercera persona. Y no necesariamente la existencia de ella, sino con la sola sospecha de su existencia; exista infidelidad o no. El celoso crea historias falsas que confirmen sus sospechas. Puede empezar con un día en que la pareja no contesta su móvil por cierto tiempo, lo que podría deberse a que se está viendo a escondidas con otra persona; o bien, en su facebook aparece el nombre de una persona del sexo opuesto y, sin pensar que puede tratarse del perfil de un cliente de la pareja, se comienza a sospechar de una relación sentimental.
Los celos excesivos tienen que ver con el control del tiempo y los pensamientos de la pareja en forma exclusiva; son negativo para la relación. Los continuos conflictos debido a los celos afectan tanto a la salud física, como a la emocional. Los mismos celos patológicos son una enfermedad psicológica y pueden presentarse violencia física o psicológica en la pareja o en la misma persona celosa.
Lo que se puede hacer
Expresar o verbalizar abiertamente los sentimientos y establecer una comunicación asertiva es una de las mejores armas para combatir los celos. La comunicación asertiva consiste en decir lo que se siente tomando en cuenta los derechos y el respeto que merece la pareja, desde la confianza y el amor; en colaboración y comprensión. Pero también, reconociendo que cada uno tiene el derecho de cambiar de opinión. Si alguien, finalmente, desea terminar una relación, está en su derecho y la otra persona tendrá que aceptar su decisión. Nadie está obligado/a a continuar una relación por el sólo hecho de haber firmado un contrato matrimonial. Pero, así también, lo correcto es evitarle a su pareja mayor dolor que el que ya está sintiendo por la separación, ante la posibilidad de una infidelidad.
Consecuencias de los celos
La posibilidad de una separación siempre estará presente como un fantasma que acecha a la estabilidad de la pareja. De allí, la importancia de cultivar la autoestima. Esto no evita una separación, pero te da las herramientas psicológicas para salir fortalecido/a en caso de que suceda.
En conclusión, los celos patológicos no sólo no ayudan a tener una relación exitosa, todo lo contrario. En una relación tóxica, como sucede cuando existen los celos patológicos, ambos miembros de la pareja sufren; uno por la sospecha de la traición y la otra, por la violencia verbal, física y/o psicológica. Entender que nadie es propiedad de nadie, evita la dolorosa y terrible frase de “Si no eres mía, no serás de nadie”.
Los celos patológicos pueden destruir familias, hacer sufrir a quien los padece y a las personas que mas quiere. Libérate de ese problema que afecta tu vida. En el Centro Alternativa Psicológica Integral ofrecemos alternativas de solución a tus problemas.
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