La infidelidad es el rompimiento de un acuerdo o pacto que por lo regular no se plantea de manera explícita en la vida de las parejas. La mayoría da por sentado que la otra parte está absolutamente de acuerdo en que no cometerá infidelidad durante su relación, pero esto no siempre es así..
Para algunas personas, si no existe sexo explícito no existe infidelidad. Aunque para otras si lo hubo, incluso, con el sólo hecho de pensar en la posibilidad de ello.
¿Coqueteas o flirteas?
La vida moderna, con sus teléfonos inteligentes, nos presenta numerosas formas y oportunidades de contactar con miles de personas y, en algunos casos de flirtear o establecer una relación más seria. La pregunta sería: ¿todavía hay personas fieles?
Preguntando, por aquí y por allá, cualquiera podría encontrarse con más historias de coqueteo o flirteo que verdaderas aventuras de infidelidad. Pero ¿a qué llamamos flirteo y a qué coqueteo? Aunque se parecen mucho, coquetear es el intento que una persona hace por agradar y atraer a otra, aunque generalmente lo hace por mera vanidad; el flirteo tiene la intención de establecer una conversación cariñosa para iniciar una relación amorosa que puede ser superficial o duradera.
Son más infieles los hombres
Una de las razones por la que hay pocas estadísticas confiables relacionadas con la infidelidad, es porque mucha gente no dice la verdad. Los hombres tradicionalmente exageran sus infidelidades, mientras que las mujeres las ocultan. Se cree que aproximadamente de un 30 al 40% de quienes están en un matrimonio o una relación duradera serán infieles en algún momento.
Actualmente, ambos miembros de las parejas trabajan, viajan y están en contacto con mucha gente, no sólo de forma presencial sino también virtual. La tecnología permite infidelidades en línea; relaciones intensas que pueden desdibujar o no la delgada línea de la amistad, el intercambio de mensajes de texto.
Cómo se presenta la infidelidad
El erotismo no proviene de la cercanía, ni de la intimidad, sino precisamente de lo opuesto. Desde la distancia, desde momentos de celos, desde la conciencia constante de que no eres dueño de tu pareja sin importar cuánto tiempo hayan estado juntos; que otras personas les gustan, que siempre tienen el potencial de acostarse con otra persona.
Durante siglos se ha creído que la infidelidad masculina ha prevalecido sobre la femenina y por mucho. Y esta ha sido así debido a la educación familiar y a que a la mujer no se le permitía laborar fuera de casa. Sin embargo, las cosas han cambiado en ese sentido desde mediados del siglo pasado. Poco apoco, la mujer ha sabido ganarse su lugar en el mercado laboral y, con ello, una mayor independencia.
Las tasas de infidelidad femenina han crecido enormemente, así como la independencia económica. El privilegio tradicional masculino de la infidelidad ha sido derrocado por la femenina. Y con la libertad femenina también surge el divorcio de manera exponencial. Si antes la mujer no se atrevía a pedir el divorcio por cuestiones religiosas, familiares y/o económicas, ahora ya no es pretexto para mantenerse dentro del matrimonio.
En conclusión
Las nuevas y oscuras relaciones humanas a través de los textos, correos electrónicos, chats, llamadas telefónicas, pueden calificar como una infidelidad tan grave como una relación física. Incluso, sin tocarse, puede llegar a ser mucho más erótico que el sexo real, porque todo funciona en tu imaginación. Este tipo de infidelidad se encuentra en rápida expansión lo que hará que se redefina la monogamia.
La infidelidad, sea en el hombre o en la mujer, plantea un grave problema en la relación y convivencia de la pareja. Si ambos desean reconstruir su relación, en el Centro Alternativa Psicológica Integral tenemos alternativas para tu problema.
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