Freud dijo que todos somos neuróticos. Pero ¿hasta qué punto es cierto? Para algunas personas, cuando escuchan la palabra neurótico le vienen imágenes del clásico diván, con terapeutas sentados detrás, haciendo interminables preguntas. Las cosas han cambiado, para bien.
Todos tenemos cierta incapacidad para conservar la sensación de felicidad por mucho tiempo o para disfrutar de ciertas actividades. Nos preocupamos demasiado por demasiadas cosas, siempre nos falta ese “algo” para disfrutar plenamente de la vida. Nos complicamos la vida y maltratamos nuestro cuerpo y mente de muchas maneras.
Según la Organización Mundial de la Salud, la neurosis es un trastorno psíquico sin una alteración orgánica demostrable en la cual el juicio de la realidad se halla conservado y hay lucidez. Es decir, no estamos locos. Por ello, aquí les ofrecemos algunas recomendaciones para superar un estado neurótico:
- Sea lo que tengas que hacer, hazlo tú sólo. Puedes recibir ayuda de personas, pero si deseas un cambio definitivo y estable para estar mejor has de hacerlo tú. Muchos de nuestros procesos mentales y de nuestros actos se han convertido en hábitos, por ello debes poner voluntad en sustituirlo por otro más sano y productivo. Y eso, nadie puede hacerlo por ti.
- Hazte responsable de ti mismo. Sé consciente de que eres el único responsable de tus actos, de tus pensamientos, de tus éxitos y de tus fracasos. No culpes de tus problemas a la sociedad, a tu jefe, a tu infancia, a la educación, a tus amigos, a tu pareja, a tu familia, al destino, a tu mala salud, etc. No puedes cambiar las causas que están fuera de tu control y empieza a entender que eres tú el responsable de tus acciones y sus consecuencias.
- Comprende y acepta que todos nos equivocamos. Errar es humano, es intrínseco a nuestra naturaleza. Esto no significa que has fracasado, que eres un inútil o un ser inferior. Eres normal, y lo que sabes es producto de un proceso de ensayo‑error. Y si hace falta, pedirás perdón. No seas excesivamente exigente contigo mismo/a. Dales su justa dimensión a las cosas, ni más, ni menos. Tienes derecho a cambiar de opinión, de trabajo, de religión, de lo que quieras cuantas veces quieras.
- Nadie tiene derecho a juzgarte. Que aún así lo hagan, que opinen sobre ti, que te condenen o que te idolatren es problema de quien así lo haga, no tuyo. Cada persona puede hacer lo que quiera, pero el juicio que de ti haga no tiene ningún valor, es sólo una opinión, como cualquier otra. No debe ser importante ni definitivo en tu vida, ni en tus decisiones, ni en tus actos, a no ser que tú decidas darle poder sobre ti. Esa es tu decisión, si poco confías en ti y tanto en los demás. Si algo sale mal, el responsable sigues siendo tú.
- No tienes nada que demostrar a nadie, excepto a ti mismo/a. La vida es sólo una, haz lo que desees y verás cómo, sin saber cómo lo hiciste, todo habrá salido bien. Vive con autenticidad y valentía respecto a ti mismo/a, a como entiendes que tu vida debe ser y no para encontrar desesperadamente aprobación y apoyo.
- No des a nadie más poder sobre tu vida que el que te das a ti mismo/a. Confía en ti más que en nadie, por más edad, conocimientos o experiencia que tengan a la hora de tomar tus decisiones. Puedes recibir consejos, información, ánimos, pero recuerda que solo tú sabes lo que deseas y necesitas. Vive tu propia vida y no la de los demás. Hazte cargo de ti mismo/a.
- Evita la competencia. Esto nos condiciona a vivir pendiente de los demás, en continua comparación. Esperas de tus hijos mejores notas en el colegio que los otros niños para sentirte bien, has de ser más listo, más delgado, más atractivo y más rico que los demás; tener una mejor casa, coche o ganar más que los demás para sentirte mejor, lo contrario te hará sentir inferior. Siempre habrá alguien con mayores atributos que tú. Y si te pasas la vida comparándote, encontrarás que eres un desgraciado perdedor. La verdadera competencia es contigo mismo. Sé consciente de tus fortalezas y tus debilidades para tratar de irlos mejorando. Así, siempre podrás llegar tan lejos como lo desees sin perder tus objetivos.
La neurosis es un conjunto de estados emocionales que no siempre
se presentan juntos. Cuando uno o más de uno de los síntomas de ansiedad, ira, temor, celos, depresión, pérdida de la autoestima... nos causa problemas cotidianos que afectan
nuestra relación con nosotros mismos o con los demás, es necesario tomar terapia.
Si tienes algún problema emocional llama al teléfono (55) 6795-1043, o envía un correo a: informes@centroapi.com.mx para mayor información o concertar una cita.