Las personas con trastorno de pánico tienen repentinos y repetidos ataques que duran de pocos a varios minutos. A esto se le conoce como “ataque de pánico”; es parecido al pánico “normal”, con algunas diferencias.
Es difícil reconocer el origen de las sensaciones y éstas son muy intensas, pueden ocurrir en cualquier momento y causar incertidumbre ante la posibilidad de tener otro; puede llegar a interferir en la vida escolar, en la laboral o en la rutina diaria de la persona que lo padece.
¿Tengo un ataque de pánico?
Una crisis de pánico es un momento de ansiedad intensa o de sentimiento de malestar que aparece muy rápidamente ante situaciones que suponen una amenaza para nosotros, como el ataque de un perro, un asalto, un examen complicado. Y durante el cual se manifiestan un cierto número de síntomas, por ejemplo:
- Dificultad para respirar, sensación de sofoco o de opresión.
- Palpitaciones, ritmo cardíaco acelerado, dolor en el pecho.
- Temblores o escalofríos.
- Síntomas gastrointestinales o náuseas.
- Vértigos, sentimiento de inestabilidad, sensación de desfallecimiento.
- Sensación de irrealidad, angustia y miedo a perder el control de sí mismo o temor a volverse loco.
- Sensación de terror, miedo a morir.
- Sensación de letargo, adormecimiento y hormigueos (parestesia),
- Sudoración.
- Disnea, asfixia, respiración entrecortadas.
¿Qué es una crisis de pánico?
Todos los síntomas de pánico descritos líneas arriba son una manifestación del miedo. El miedo actúa como una advertencia. Es una respuesta natural del cuerpo frente a una situación que consideramos amenazante. Nos prepara para la luchar o la huida.
Como cualquier otro tipo de ansiedad, la crisis de pánico también es una manifestación específica del estrés. En la mayoría de los casos, el estrés mental juega un papel relevante, pero algunas enfermedades como lo son el hipertiroidismo o un tiroides demasiado activo pueden también ser la causa. De ser éste el caso, el tratamiento principal sería evidentemente el tratamiento clínico médico, y las técnicas de gestión del estrés serían un complemento útil.
El problema con los ataques de pánico es que se presentan cuando no existe una amenaza física real. Su mente y su cuerpo reaccionan como si estuviera siendo atacado cuando en realidad no es así. Es importante recordar que, aunque un ataque de pánico puede ser muy desagradable, no es peligroso.
¿Por qué suceden los ataques de pánico?
- Estrés
- Excesivas preocupaciones sobre tu salud. Cuando crees estar desarrollando síntomas de alguna enfermedad parecida a la de alguien conocido. Y aun cuando sea descartado por algún médico piensas de un posible diagnóstico equivocado, lo que produce y aumenta tu ansiedad hasta llegar al ataque de pánico.
- Durante una enfermedad leve. Durante un período de mala salud, un mal funcionamiento del cuerpo, por el consumo de grandes cantidades de cafeína o bajos niveles de azúcar en la sangre que pueden provocar síntomas de debilidad.
- De la nada.
Los síntomas físicos y la ansiedad forman un círculo vicioso que se repite. La preocupación de sufrir un nuevo ataque de pánico hace que sea más probable que ocurra de nuevo.
Gestión del estrés para manejar una crisis de pánico
Si las causas de la crisis de pánico no fuesen la razón del estrés, sería conveniente manejar y controlar su estrés y sus crisis de pánico.
El tratamiento adecuado para reducir tu estrés será posible con la ayuda de un(a) psicólogo(a). La Terapia cognitivo-conductual (TCC) te ayuda a aprender a reconocer tus propios pensamientos negativos los cuales aparecen sin que tengas consciencia de ello y pueden llegar a provocar las crisis de pánico.
Si estás pasando por momentos difíciles y no has encontrado soluciones a tu estado emocional, en el Centro Alternativa Psicológica Integral tenemos la respuesta a éste y a otros problemas emocionales. Llama al teléfono (55) 6795-1043, o envía un correo a: informes@centroapi.com.mx para mayor información o concertar una cita.