Una de las preguntas que nos hacemos es ¿dónde se generan nuestras emociones, dentro o fuera de nosotros?
Muchas veces tratamos de encontrar afuera de nosotros las razones que motivan nuestras emociones, pero en realidad, el origen de la emoción humana está en nuestro interior.
Nos cuesta mucho aceptar que nuestros actos y emociones se generan en los pensamientos. Responsabilizamos erróneamente a los acontecimientos externos; éste es el error neurótico y fundamental que nos hace padecer y nos incapacita para resolverlas adecuadamente. Veamos un ejemplo:
El caso de María
María, es una joven madre que vuelve a casa después de un arduo día de trabajo y encuentra a su adorable hijito de 4 años con un puñado de crayones con los cuales ha rayado sobre la pared recién pintada y que, emocionado, trata de mostrarle a su madre su obra maestra. Pero María, al ver aquello, monta en cólera profundamente disgustada.
Supongamos que aparecemos por ahí y le preguntamos a María por qué está tan enojada… ¿Cuál cree que sería la respuesta? probablemente culpe al niño de lo ocurrido: dirá que está enojada porque el niño pintó la pared y echó a perder la pintura de la pared.
Parece lógico, pero es un error de pensamiento. Veamos por qué:
Entre la situación del niño que pintó el tapiz y el enojo, sucede algo de lo que la mayoría de las veces no nos damos cuenta. Continuemos…
–¿Por qué estás enojada?
–¡Porque el niño pintó la pared!
–A ver… No te pregunté qué hizo el niño, sino por qué estás enojada…
–El fin de semana mandé a pintar las paredes de la casa.
–No te pregunté qué hizo el niño ni cuándo mandaste a pintar las paredes. La pregunta es: ¿Por qué estás enojada?
–¡Pues porque no me lo regalaron! ¡Las cosas cuestan…!
–No te pregunté cuánto te costó, ni cuándo lo pusiste, ni qué hizo el niño, sino por qué estás enojada.
– ¡Ya basta! ¡Deja de molestar! Estoy molesta porque el niño pintó la pared, y ahora tú con tus preguntas estúpidas...
Probablemente aun no te has dado cuenta de que entre el motivo y el enojo de María, hay un elemento que lo activa. Es una creencia, un pensamiento ilógico o inadecuado, desordenado… que pasa por la mente de María, pero tan rápido que ¡NO SE DA CUENTA!
Epicteto, filósofo griego, en el siglo I d. C. afirmó que lo que perturba nuestra mente no son los acontecimientos, sino cómo los enjuiciamos. Pues, enjuiciemos este ejemplo, pero de tres maneras diferentes.
Situación 1. María llega a su casa, ve a su niño rayando la pared y, con toda naturalidad, piensa:
“¡Qué hermoso! El niño nos ha visto arreglar y pintar la casa, y es lógico que quiera colaborar pintando una pared de manera creativa. ¡Tenemos un artista en casa! Y voy a enmarcar su mural.
Con esos pensamientos en mente ¿cómo se sentirá María? Probablemente, se sentiría bien y feliz, sin culpar al niño de haber rayado la pared.
Situación 2. El mismo escenario, pero María reacciona airadamente. ¡Maldito escuincle! ¿Por qué es tan desobediente? Mil veces le he dicho que no hay que pintar en las paredes; ni con nalgadas entiende.
Con estos pensamientos, María experimentará un estado emocional de molestia, enojo, coraje, cólera, ira, furia…
Situación 3. El mismo escenario; María piensa: ¡Uy… otra vez! Y pensar que apenas estoy empezando; y a medida que los hijos crecen, crece también el tamaño de los problemas. Pues más vale ir haciendo de tripas corazón porque la tarea es larga. Además, no toda la responsabilidad es suya: es un niño y no le puedo exigir que se comporte como un adulto responsable.
En resumen: entre el motivo y el enojo de María el elemento que activa la molestia son: pensamientos, creencias, pensamientos ilógicos o inadecuados, desordenados…
Como podemos ver, las tres situaciones enfrentadas de manera diferente tienen consecuencias y emociones diferentes. Sus emociones han ido de la alegría a la ira o a una leve molestia. ¡Las emociones no las causa el evento sino cómo lo interpretaron!
Pensamiento neurótico
Todas las emociones neuróticas son producto del pensamiento neurótico. La neurosis es producto de una estructuración equivocada del pensamiento, es un pensamiento irracional, ilógico, inmaduro, absurdo, etc. Por ello, concluimos: dime lo qué piensas y te diré que sientes.
Con información de:
Bartolomé, E. (2015). Educación emocional en veinte lecciones. Lección 4 el cogollo podrido de la Neurosis. Ediciones Culturales Paidós, S.A. de C.V.
La terapia cognitiva conductual es útil para tomar conciencia de tus pensamientos disfuncionales o negativos y resolver las situaciones con mayor claridad y de manera más efectiva; también puede ayudarte a controlar las situaciones estresantes de la vida.
Si tienes problemas interpersonales o antecedentes de trauma o abuso, en el Centro Alternativa Psicológica Integral tenemos alternativas de solución a éste y a otros problemas.
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