¿Qué es la indefensión aprendida?
La indefensión aprendida es un estado psicológico que se manifiesta cuando una persona comienza a sentir que es incapaz de modificar su situación, su comportamiento o su estado mediante su conducta. Esto genera en la persona una sensación de falta de control sobre su ambiente y sobre las circunstancias que le rodean y que cualquier esfuerzo que realice por cambiarlo es inútil.
¿Por qué surge la indefensión aprendida?
Este estado psicológico suele aparecer cuando vives situaciones de forma reiterada en las que tus actos no generan el efecto deseado, y te sientes incapaz de hacer algo ante ello. Y, aunque posteriormente esa situación se modifique, seguirás creyendo que es mejor no hacer nada porque hagas lo que hagas, la situación no cambiará. Así, el patrón de actuación de estas personas ante las adversidades queda limitado por la paralización, bloqueo, huida, evitación o simplemente, el no afrontamiento. Es decir, la persona se muestra pasiva ante su ambiente a pesar de tener la posibilidad de ayudarse a sí misma; la indefensión aprendida se ha instaurado.
¿Cómo surge este comportamiento?
Estas respuestas pueden aparecer ante situaciones de violencia, no poder escapar de un agresor o en los comportamientos de sumisión de las víctimas de malos tratos. La víctima no puede predecir cómo se comportará su agresor frente a su comportamiento ya que da igual lo que haga, el maltrato llegará.
Se ha comprobado que las personas expuestas a malos tratos desde el principio de la relación intentan huir o evadirse, sin embargo, cuando estas estrategias no funcionan, modifican su comportamiento y adoptan comportamientos de cariño, cuidado, complacencia y sumisión. La indefensión aprendida puede presentarse también, en relaciones laborales, de amistad y otros.
¿Tiene consecuencias la indefensión?
Esta indefensión tiene consecuencias en la autoestima, que se ve afectada negativamente y la motivación al cambio disminuye gravemente, quedando la voluntad de la persona subordinada a su ambiente.
En la relación de pareja, si la persona ha generado vínculos tempranos disfuncionales durante su infancia, puede llegar a mostrar indefensión aprendida en la edad adulta, aunque la situación no sea propiamente de maltrato. Como sucede en una relación tóxica donde la persona no se siente querida ni atendida, con una pareja de perfil evitativo o narcisista que puede generarle patrones de dolor emocional.
Si la persona no ha definido bien su identidad o si ha tenido patrones de apego inseguros en su infancia, probablemente su comportamiento se asemeje a la indefensión aprendida, sin llegar “exactamente” a ello, aunque las consecuencias sean similares: no dejar la relación, intentar agradar a la pareja y seguir sufriendo.
¿Es posible desaprender la indefensión?
La indefensión, al ser aprendida, puede ser desaprendido. Para ello, la persona deberá reaprender comportamientos asertivos que le ayuden a resolver los conflictos y a sentirse capaz de cambiar las situaciones aversivas que surjan en su vida. En ocasiones, es necesario adquirir nuevas herramientas o habilidades que le ayuden a la obtención de sus metas.
Cualquier comportamiento aprendido es susceptible de ser modificado. Lo primero es desaprender este sentimiento de indefensión y para ello lo más eficaz es trabajar en tu autoestima y reaprender estrategias diferentes, alternativas a las de indefensión, que te ayuden a sentirte capaz de controlar, modificar o abandonar las situaciones complicadas de tu vida.
Con información de:
https://www.psicoadapta.es/blog/que-es-la-indefension-aprendida/
https://www.psicologiamadrid.es/blog/articulos/psicologia-y-violencia/que-es-la-indefension-aprendida-como-salir-de-esa-carcel-psicologica
Para dejar atrás la indefensión es muy importante que generes expectativas positivas sobre el resultado que tu comportamiento va a tener en tu futuro, que entiendas que eres tú quién conseguirá esos cambios y que el control no está en tu ambiento, está en tu mente.
Si este es tu caso y necesitas apoyo psicológico llama al teléfono (55) 6795 1043, o envía un correo a: informes@centroapi.com.mx para mayor información o concertar una cita.