Nos cuesta mucho aceptar que nuestros actos y emociones se generan en los pensamientos. Responsabilizamos erróneamente a los acontecimientos externos; éste es el error neurótico y fundamental que nos hace padecer y nos incapacita para resolverlas adecuadamente.
Freud dijo que todos somos neuróticos. Pero ¿hasta qué punto es cierto? Para algunas personas, cuando escuchan la palabra neurótico le vienen imágenes del clásico diván, con terapeutas sentados detrás, haciendo interminables preguntas. Las cosas han cambiado, para bien.